Reseña de OGROS de Adrian Tchaikovsky y publicada por Dolmen Editorial | Ep. 2×26 | «Una fábula distópica en segunda persona sobre poder, rebelión y humanidad.»

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En un mundo gobernado por ogros, tú eres el error en el sistema… y eso lo cambia todo.

Reseña de OGROS de Adrian Tchaikovsky y publicada por Dolmen Editorial

Adrian Tchaikovsky, autor prolífico y maestro de la novela corta, regresa con OGROS, una obra acaba de ser publicada por Dolmen Editorial dentro de su línea Freder y que desafía las expectativas del lector desde la primera página. Aparentemente, parte de un molde familiar: un joven rebelde, un sistema opresivo, una chispa de insurrección. Sin embargo, rápidamente desmantela esos cimientos para construir algo mucho más ambicioso, oscuro y reflexivo. Esta es una historia que comienza como una fantasía medieval y culmina en un giro brutal de ciencia ficción, con un estilo narrativo tan arriesgado como efectivo: la segunda persona.

El protagonista, Torquell, es el hijo del jefe de un pequeño poblado dominado por ogros, criaturas gigantescas y poderosas que gobiernan el mundo con puño de hierro. A diferencia de la figura heroica típica, Torquell es presentado como un joven impulsivo, carismático y desafiante, cuya vida cambia radicalmente tras un enfrentamiento con Gerald, el cruel hijo de un ogro terrateniente. Forzado al exilio, el relato lo sigue en un camino de autoconocimiento, revelación histórica y transformación ideológica.

Desde su inicio, la novela pone en tensión las convenciones del género. Si bien comienza con un tono casi folklórico, con reminiscencias de Robin Hood y cuentos de rebeliones rurales, la historia se bifurca hacia un comentario social mucho más incisivo. Tchaikovsky utiliza la estructura clásica del «viaje del héroe» para desmenuzar conceptos como la desigualdad estructural, la explotación sistemática y el fracaso de las revoluciones que no cuestionan las bases del poder.

Uno de los aspectos más sobresalientes de la obra es su voz narrativa. La elección de la segunda persona puede resultar desconcertante al principio, pero en manos de Tchaikovsky se convierte en una herramienta poderosa. No solo involucra emocionalmente al lector, sino que también refuerza una sensación de urgencia y complicidad. Al dirigirse directamente al protagonista (y por extensión, al lector), el narrador parece guiar, cuestionar e incluso juzgar las decisiones que se toman. Este enfoque cobra un nuevo y devastador sentido hacia el final del libro, cuando se revela la identidad del narrador, cerrando el círculo de manera brillante y perturbadora.

Narrativamente, la novela se caracteriza por un ritmo preciso y eficaz. Tchaikovsky no se detiene en descripciones innecesarias; cada escena, cada diálogo, cumple una función clara. A pesar de su extensión breve, OGROS logra introducir un mundo coherente, con suficientes detalles para resultar verosímil y al mismo tiempo espacio para la interpretación. Lo fascinante es cómo el autor entrelaza elementos fantásticos (ogros, bosques, aldeanos) con una infraestructura que empieza a revelar vestigios de una ciencia avanzada, hasta que el lector comprende que no está ante un pasado alternativo, sino ante un futuro olvidado.

La revelación de que estos ogros no son criaturas mágicas sino productos de manipulación genética en un futuro distópico cambia por completo el tono del relato. La fantasía cede paso a la ciencia ficción, y con ello llega una crítica punzante a las decisiones que una sociedad desesperada puede tomar para resolver problemas como la superpoblación, la escasez de recursos y el colapso ambiental. En este sentido, OGROS no es solo una historia de rebelión, sino también una meditación sobre las soluciones distorsionadas que el poder puede justificar en nombre del orden o la supervivencia.

El universo que presenta Tchaikovsky es cruel, pero no sin humor. De hecho, uno de los encantos del libro es su sentido del sarcasmo, una ironía que atraviesa todo el texto y que permite al autor cuestionar sin moralizar, señalar sin sermonear. La crítica a la aristocracia, al clasismo, al servilismo, y a la lógica de consumo y dominio, está siempre presente, pero envuelta en una narrativa que demuestra ser tan ágil como mordaz.

Los personajes secundarios, aunque delineados con economía, cumplen funciones clave. Desde Roben, el líder de los forajidos que encarna la resistencia marginal, hasta Lady Isadora, una ogra con simpatías ambiguas y un rol socialmente complejo, todos contribuyen a amplificar las preguntas centrales de la historia. ¿Puede un sistema injusto cambiar desde dentro? ¿El conocimiento es suficiente para emancipar a los oprimidos, o se necesita una transformación más radical de valores y estructuras?

Uno de los temas más poderosos del libro es el del conocimiento como herramienta de liberación, pero también como un arma que puede ser manipulada. A medida que Torquell aprende sobre el mundo más allá de su aldea, el lector accede, junto a él, a verdades incómodas sobre el origen de los ogros, la historia borrada de la humanidad y la función del mito como control social. El protagonista deja de ser simplemente un rebelde con causa para convertirse en un símbolo de lo que la educación, la historia y la ciencia pueden provocar cuando caen en manos de alguien dispuesto a cuestionarlo todo.

El final, sin entrar en spoilers, es tan inesperado como acertado. No solo por el giro narrativo que reconfigura la identidad del narrador, sino por lo que implica sobre el futuro de los personajes y del mundo que habitan. Tchaikovsky evita las soluciones fáciles: no hay victoria clara ni redención total. En cambio, hay una incómoda reflexión sobre el precio del cambio y la persistencia de ciertas dinámicas humanas que parecen condenadas a repetirse.

En definitiva, OGROS es una obra que trasciende su brevedad. Con una prosa afilada, una estructura narrativa audaz y una ambición temática encomiable, Adrian Tchaikovsky entrega una fábula moderna que combina lo mejor de la fantasía, la ciencia ficción y la sátira política. Es una lectura que exige atención, que desafía al lector y que, sobre todo, permanece en la memoria mucho después de haber sido terminada.

Para quienes buscan historias que entretengan y hagan pensar al mismo tiempo, esta novela corta es un excelente punto de partida para adentrarse en el universo narrativo de Tchaikovsky. Y para quienes ya conocen su obra, OGROS no hará más que confirmar por qué es uno de los autores más interesantes y prolíficos del género contemporáneo.

 

NOTA FINAL: 3/5

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