Reseña de CÓMO VENDER UNA CASA ENCANTADA de Grady Hendrix y publicada por Ediciones Minotauro (2023) | «Cuando tu casa de la infancia guarda más traumas que fantasmas.»

Tiempo de lectura: 5 minutos

Muñecos poseídos, secretos familiares y un duelo imposible de esquivar.

Reseña de CÓMO VENDER UNA CASA ENCANTADA de Grady Hendrix y publicada por Ediciones Minotauro (2023)

En los últimos años, Grady Hendrix se ha consolidado como una de las voces más singulares dentro del panorama del terror contemporáneo. Su habilidad para entrelazar lo cotidiano con lo sobrenatural, siempre con una buena dosis de humor negro y un tono cercano, lo ha convertido en un autor de culto. Gracias a la novela CÓMO VENDER UNA CASA ENCANTADA demuestra por qué su nombre resuena entre lectores que buscan algo más que simples sustos. Su propuesta es una mezcla de terror, sátira, drama familiar y reflexión emocional que, pese a lo extravagante de su premisa, consigue mantener los pies en la tierra.

La historia nos sitúa en Charleston, Carolina del Sur, una ciudad caracterizada por su tradición sureña con un cierto aire gótico, y que de este modo que sirve como escenario perfecto para un relato de casas mágicas. Nuestra protagonista es Louise Joyner, una mujer que ha construido su vida en California alejándose de su familia, enfocada en su trayectoria profesional y en el cuidado de su hija menor, Poppy. La noticia de la repentina muerte de sus padres en un accidente la impulsa a volver a su ciudad de origen y enfrentarse a una serie de conflictos familiares que había estado eludiendo durante mucho tiempo.

El regreso al hogar de la infancia no solo implica enfrentarse al luto por la pérdida de sus padres, sino también a la convivencia obligada con su hermano Mark, con quien sostiene una relación tensa y prácticamente inexistente. Louise y Mark son dos extremos contrapuestos, tanto en su personalidad como en cómo recuerdan su infancia, y este contraste de puntos de vista es uno de los pilares fundamentales de la historia. La tensión entre ambos personajes ilustra con exactitud cómo numerosas familias llevan consigo cicatrices del pasado que pocas veces sanan totalmente.

En términos narrativos, Hendrix organiza la obra de tal forma que cada fase de la trama coincide con las etapas del luto. Esta elección otorga al libro un ritmo único: comienza con un tono tranquilo, casi reflexivo, en el que predominan los recuerdos, las tensiones familiares y la sensación de volver a la casa de la niñez. Quizás puedas encontrarlo pausado, pero esa serenidad inicial desempeña un papel crucial, dado que ayuda a cultivar el terreno emocional en el que luego se edificará el auténtico torbellino de terror.

En realidad, al pensar exclusivamente en el título de esta novela, no es suficiente con imaginar una antigua casa con sonidos inusuales o puertas que se cierran por sí mismas. Al adentrarnos en las páginas del libro vamos a ver como la amenaza toma formas mucho más perturbadoras como figuras y marionetas que parecen adquirir vida. La madre de Louise, una fervorosa titiritera, inundó la vivienda de cientos de marionetas fabricadas a mano, a las que invirtió su tiempo de vida durante décadas. Lo que para ella representaba un proyecto espiritual y artístico, para sus hijos se transforma en un legado imposible de manejar con espacios completos con ojos de cristal que parecen observar cada acción.

Hendrix aprovecha este elemento para jugar con un miedo muy básico Es esa incomodidad que generan los muñecos y los objetos antropomorfos, aunque no se queda en el simple recurso del susto fácil. Lo inquietante no es solo que estas figuras puedan cobrar vida, sino que representan materialmente la obsesión, el peso del legado y las cadenas invisibles que atan a una familia incluso después de la muerte.

La evolución de la historia conduce a Louise y Mark a querer vender la vivienda para solucionar sus dificultades financieras, pero rápidamente comprenden que hacerla desaparecer de sus vidas no será tan fácil. Lo que debería ser un procedimiento práctico se transforma en un recorrido hacia lo sobrenatural, con episodios que fluctúan entre lo macabro, lo divertido y lo verdaderamente inquietante. Algunos fragmentos incluyen figuras que parecen coordinar insurrección, objetos que adquieren vida de forma violenta e incluso ataques tan absurdos como espeluznantes que provocan risas nerviosas en plena tensión.

Uno de los grandes aciertos del libro, y que se ha vuelto muy característicos del autor y que puedes encontrar en otras novelas suyas es cómo alterna géneros y tonos sin perder cohesión. En un momento nos encontramos en un drama familiar íntimo sobre dos hermanos obligados a reconciliar sus diferencias, y en el siguiente estamos en un clímax de horror pulp con marionetas asesinas. Esta capacidad para hibridar lo serio con lo disparatado es lo que convierte la lectura en una experiencia impredecible, donde nunca se sabe qué esperar de la siguiente página.

Sin embargo, debajo de esa capa de espectáculo de entretenimiento, la novela también aborda temas de gran calado. El duelo, la forma en que las personas lidian con la pérdida, y las dinámicas disfuncionales de la familia son hilos que atraviesan cada capítulo. Hendrix no romantiza los lazos familiares sino que nos muestra a personajes con resentimientos, secretos y versiones contrapuestas de su pasado, obligados a trabajar juntos en un contexto límite. Louise y Mark no son héroes sino seres humanos imperfectos, cargados de contradicciones, que poco a poco aprenden a reconocer sus errores y a acercarse de nuevo el uno al otro.

En este sentido, CÓMO VENDER UNA CASA ENCANTADA se asemeja a otras obras del autor, como EL EXORCISMO DE MI MEJOR AMIGA o GUÍA DEL CLUB DE LECTURA PARA MATAR VAMPIROS, en las que los elementos sobrenaturales funcionan como metáfora para hablar de relaciones personales y problemas muy reales. Lo fantástico no está ahí solo para asustar, sino para poner de relieve emociones humanas que, sin ese filtro, podrían resultar demasiado dolorosas de enfrentar.

El estilo de Hendrix  es ágil, cercano y lleno de humor irónico, que puede convertir una escena de miedo en un instante cómico sin alterar la tensión. Esa combinación de ligereza y crudeza hace que el libro sea comprensible incluso para aquellos lectores que normalmente no se aproximan al género de terror. Y simultáneamente, proporciona suficientes instantes perturbadores para complacer a aquellos que buscan emociones más intensas.

En conclusión, si decides adentrarte en esta novela vas a disfrutar de una narrativa que va mucho más allá de los muñecos poseídos y edificaciones encantadas. Es una meditación acerca de la carga del pasado, de cómo las familias no solo transmiten memorias sino también traumas, y de la importancia de fracturar con lo que nos limita para poder avanzar.

Si buscas una lectura que combine risas incómodas, sustos memorables y una exploración real de los vínculos familiares, CÓMO VENDER UNA CASA ENCANTADA es una apuesta segura. Una novela que, bajo su fachada de espectáculo sobrenatural, esconde una verdad tan incómoda como cierta: a veces los fantasmas más difíciles de enfrentar no son solo los que se esconden en una casa embrujada, sino los que heredamos en nuestra propia familia.

NOTA FINAL: 4/5

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