Resumen por capítulos de la novela LOS DIABLOS de Joe Abercrombie, que ha publicado Alianza Runas | Capítulos 01-08 ya disponibles

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LOS DIABLOS de Joe Abercrombie el la primera novela de una nueva serie de fantasía que se ha lanzado en 2025. El libro introduce a un nuevo mundo y personajes, distintos a la serie LA PRIMERA LEY por la que Abercrombie es conocido. La historia se centra en el monje hermano Díaz y una joven llamada Alex, quienes son enviados a una misión donde se enfrentan a monstruos, elfos caníbales y dilemas morales.

PRIMERA PARTE: LA PEOR PRINCESA DEL MUNDO

EL DÍA DE SAN AÉLFRICO

El capítulo sigue al hermano Díaz, un monje ambicioso, durante su caótica y frustrante travesía hacia una audiencia crucial con la Papisa en la Ciudad Santa. A pesar de haber planificado con anticipación, se ve atrapado en el denso y confuso tráfico de la ciudad debido a una festividad religiosa en honor a San Aelfrico. A lo largo del trayecto, Díaz se muestra impaciente, maldice repetidamente y se ve obligado a enfrentarse a sus propios impulsos reprimidos y contradicciones morales, como el deseo y la hipocresía.

Mientras lidia con la muchedumbre de peregrinos, prostitutas y predicadores, y la confusión religiosa reinante, Díaz reflexiona sobre su situación y sus esfuerzos por ascender en la jerarquía eclesiástica. En un intento desesperado por llegar a tiempo, reza a santa Beatriz, pero su oración irrespetuosa parece tener un efecto adverso: el capítulo culmina con un accidente violento dentro del carruaje.

ASÍ SON LAS COSAS

Alex, una joven astuta y desafortunada, intenta escapar por los tejados tras meterse en problemas en la Ciudad Santa. Aunque logra una entrada espectacular desde una ventana al carruaje, su torpeza en el salto final la lleva a una caída humillante y un tobillo torcido. Entre insultos, robos menores y una caótica huida por el mercado, es finalmente capturada por los matones de Bostro, cobrador de deudas de Papá Collini.

Acorralada en un callejón sin salida, Alex intenta sin éxito negociar su libertad con trucos baratos y falsificaciones. Está a punto de sufrir una brutal represalia cuando aparece inesperadamente un misterioso noble: el duque Miguel de Nicea, quien la identifica como la princesa Alexia Pyrogennetos, supuesta hija perdida de la emperatriz Irene y heredera al Trono Serpentino de Troya.

Aunque todos, incluida Alex, dudan de esa afirmación, el duque la defiende con tal convicción (y amenaza sutil) que convence a Bostro y sus hombres de soltarla, compensándolos con unas monedas y una amenaza implícita al desenvainar su espada. Así, Alex pasa de ser una estafadora callejera apaleada a potencial princesa… o al menos, a alguien con una nueva y jugosa mentira con la que trabajar.

LA DECIMOTERCERA VIRTUD

El hermano Eduardo Díaz, nervioso y sudoroso, llega al Palacio Celestial creyendo que se ha retrasado a una importante audiencia. Sin embargo, la secretaria le informa que ha llegado a tiempo, pues las citas se ajustan considerando las constantes festividades de la Ciudad Santa. En lugar de reunirse con la Papisa, como esperaba, es recibido por la poderosa cardenal Zizka, líder de la Curia Terrenal, lo que implica un asunto mucho más importante.

El despacho de Zizka es austero y saturado de documentos, reflejo de su naturaleza práctica y burocrática. A pesar de su apariencia común, Zizka impone respeto con su mirada severa y su firmeza. Durante la entrevista, Díaz es presentado a Jakob de Thorn, un imponente y cicatrizado caballero templario, y más tarde a Baptiste, una mujer astuta, misteriosa y poco ortodoxa, que también formará parte del nuevo entorno de Díaz.

Zizka explica que el mundo está en crisis: hay un cisma entre las Iglesias de Oriente y Occidente, y múltiples amenazas sobrenaturales (duendes, brujos, demonios, e incluso elfos apocalípticos) ponen en peligro a la humanidad. En ese contexto, Zizka le revela que Díaz ha sido designado vicario de la Capilla de la Santa Conveniencia, una de las capillas “secretas” del Palacio, dedicada a actuar en las sombras usando métodos poco ortodoxos.

Díaz, aún confundido y asustado, comprende que ha sido arrastrado a un mundo mucho más turbio de lo que imaginaba, rodeado por figuras que representan lo más ambiguo del poder eclesiástico: fuerza bruta, subversión y pragmatismo moral.

TANTA SUERTE

Alex, una joven ladrona de los suburbios, se encuentra inesperadamente en una lujosa habitación del Palacio Celestial tras haber sido rescatada por el duque Miguel. Él le revela que es su tío y que ella, en realidad, es Alexia, heredera perdida del Trono Serpentino de Troya. Aunque desconfía, las pruebas —una media moneda que encaja con la suya y una marca de nacimiento— parecen confirmar su historia. Miguel le promete que la ayudará a recuperar su lugar y le describe con entusiasmo la grandiosidad de Troya.

Alex, que ha vivido toda su vida engañando para sobrevivir, duda de todo, pero decide aprovechar la oportunidad: fingirá ser la princesa, exprimirá todo lo que pueda de la situación y, si las cosas se tuercen, huirá. Con una mezcla de cinismo y esperanza, se prepara para su nuevo papel, guardando el valioso cepillo en la manga “por si las moscas”.

UN REBAÑO DE OVEJAS NEGRAS

El hermano Díaz queda maravillado al ver la majestuosa Capilla de la Santa Conveniencia, un lugar fastuoso lleno de arte sacro y lujo. Aunque no es buen predicador, se siente orgulloso de ser su vicario, imaginando el impacto que causará la noticia entre sus antiguos compañeros del monasterio.

Mientras Baptiste, con su estilo desenfadado y anecdótico, le muestra el lugar, también revela su pasado excéntrico y su peligrosa tendencia a ir armada hasta los dientes. La conversación entre ellos oscila entre lo humorístico, lo personal y lo incómodo.

Pero el momento de gloria de Díaz se corta en seco cuando Jakob de Thorn revela una escalera oculta bajo el púlpito, que lleva hacia abajo, donde en realidad se encuentra su “rebaño”. El descenso revela túneles antiguos y sombríos construidos por ingenieros brujos, y el tono se vuelve más oscuro.

Se insinúa que lo que hay allí abajo es peligroso y perturbador. Los prisioneros o feligreses bajo el cuidado de Díaz no son gente común, y uno de ellos, incluso, ha requerido aislamiento por “comportamiento inaceptable”. Jakob y Baptiste tratan el tema con ironía y dureza, dejando a Díaz con una creciente sensación de inquietud.

NACIDA EN LA LLAMA

Alex, una impostora haciéndose pasar por una princesa perdida, es llevada al Palacio Celestial para ser sometida a una prueba mística que confirme su identidad como heredera del trono de Troya. Aunque afirma tener dudas sobre sí misma, las autoridades —como la cardenal Bock y el duque Miguel— parecen convencidas de que es quien dice ser.

La prueba consiste en encerrarla en una sala ceremonial, protegida por magia y nueve monjes orantes, donde dos oráculos famélicos y encadenados toman sus manos y tienen visiones proféticas. Estas visiones incluyen imágenes ominosas: el regreso de los elfos, fuego, torres, círculos, ruedas, y la mención de «Pyrogennetos», un título reservado a las verdaderas princesas nacidas en lo alto del Pharos de Troya. Todo ello parece confirmar la legitimidad de Alex como heredera imperial.

Bock concluye el rito certificando oficialmente que Alex es “la princesa Alexia Pyrogennetos”, heredera legítima del Trono Serpentino. A pesar del éxito del procedimiento, Alex sigue sintiéndose como una farsante.

Más tarde, en un banquete, la cardenal Zizka habla sobre la amenaza de los elfos y la necesidad de unir a Europa bajo la Iglesia para combatirlos. Alex, por su parte, solo piensa en la comida —recordando tiempos de verdadera hambre— y en oportunidades para robar discretamente algún cubierto, lo que subraya su origen humilde y su desconexión con su nueva y peligrosa realidad.

Durante una cena tensa, Alex descubre que tiene cuatro primos —Marciano, Constante, Sabas y Arcadio— hijos de su tía Eudoxia. Le explican que todos son duques poderosos, crueles y ambiciosos, y que están maniobrando para tomar el Trono Serpentino. A pesar de sus rivalidades internas, cualquiera de ellos podría consolidar el poder si no se actúa pronto.

La cardenal Zizka y el duque Miguel le revelan además que Eudoxia no solo usurpó el trono y asesinó a su madre, sino que practicaba magia prohibida, incluyendo experimentos con almas humanas y bestias, con el fin de dominar el alma —algo considerado una herejía mayor.

Los hijos de Eudoxia podrían haber heredado o aprendido estas artes oscuras, lo que los convierte en enemigos aún más peligrosos.

Pese a todo, Miguel y Zizka la animan: tiene el derecho legítimo al trono, viajará en secreto a Troya bajo protección, y contará con el apoyo de la Papisa y la Salvadora, símbolos del respaldo divino. Alex, sin embargo, siente el peso del destino y duda de sus capacidades, temiendo estar en una lucha que la supera.

EL PRINCIPIO DE UN CHISTE MALO

Baltasar Sham Ivam Draxi, un poderoso y arrogante nigromante, se encuentra encarcelado y forzado a unirse a una peculiar y despreciable agrupación llamada la Capilla de la Santa Conveniencia. Pese a su glorioso pasado como mago temido, ahora se ve humillado, sin comodidades, sin libros y en compañía de personajes que desprecia: un vampiro avejentado, una elfa taciturna, un caballero endurecido y un monje nervioso.

Durante una reunión ceremonial en una celda húmeda y miserable del Palacio Celestial, hace su entrada Benedicta I, la Niña Papisa, una infante con un enorme poder arcano y un carácter caprichoso. Llega acompañada de sus acólitos y dos cardenales: la benévola Zizka y la severa Bock, líderes máximas de la Iglesia.

La papisa procede a aplicar una «atadura» mágica simbólica a Baltasar y los demás, una ceremonia ridículamente simple que consiste en trazar líneas de tinta en sus muñecas. Baltasar, como mago experto, queda horrorizado por la falta de rigor ritual. Sin embargo, la atadura los obliga a una misión divina: escoltar a la misteriosa princesa Alexia hasta Troya y asegurar su ascenso como emperatriz oriental. Baltasar deduce rápidamente que la joven princesa es una figura manipulada por la Iglesia para ganar poder político.

A pesar de su cinismo, Baltasar no puede evitar sentirse atrapado entre la burla y la desesperación. En medio del caos, logra robar una hoja en blanco (posiblemente útil para sus planes de fuga), mientras contempla la absurda banalidad de su nueva servidumbre. La escena cierra con la niña papisa marchándose felizmente, dejando tras de sí un grupo de prisioneros atados a una causa que ninguno de ellos respeta.

AGARRARSE A ALGO

Alex, una joven acostumbrada a fingir identidades para sobrevivir, se hace pasar por princesa mientras es escoltada por una caravana encabezada por el duque Miguel y protegida por soldados de la Iglesia. Va incómoda a caballo y teme por su seguridad, especialmente rodeada de hombres armados y personajes misteriosos como un mago, un vampiro, un monje dudoso y una elfa llamada Solete. Pese a su desconfianza inicial, Alex comienza a entablar una relación con Solete, que se presenta como una exatracción de circo y parece esconder tanto como muestra.

Mientras tanto, Baltasar, un arrogante y frustrado mago, intenta sin éxito descubrir cómo romper una atadura mágica que le impide usar sus poderes, aplicada por una niña papisa. Conversa con el vampiro Rikard, que parece disfrutar del viaje y lanza pistas crípticas, sugiriendo que otros han fracasado antes en el mismo intento.

El monje Díaz, que se siente fuera de lugar y plagado por llagas, se cuestiona su fe y su rol, pero intenta encontrar consuelo en su religión. Todo el grupo se dirige hacia Troya, custodiando un carromato con algo misterioso encerrado en su interior: un “último recurso”, según la enigmática Baptiste.

Mientras la caravana se aproxima a la Ciudad Santa, la elfa Solete detecta que están siendo seguidos por varias docenas de enemigos. Jakob ordena dirigirse a una posada fortificada cercana llamada El Oso Rodante. La tensión crece entre los miembros del grupo, incluido el hermano Díaz, quien lucha contra su miedo y dudas.

Mientras tanto, Baltasar intenta romper la atadura mágica que lo limita usando un improvisado ritual de magia hecho con una hoja de oraciones, una uña del pie como pluma y su propio excremento como tinta. Aunque al principio parece tener éxito, pronto sufre violentas náuseas y vómitos, evidenciando el fracaso del hechizo.

En ese mismo momento, la caravana es atacada: una flecha mata al cochero, y el caos se desata. Baltasar, forzado a tomar las riendas sin saber cómo conducir, guía el carromato descontrolado a través del bosque. Con la ayuda del vampiro Rikard, logran frenar lo suficiente para estrellarse aparatosamente dentro del patio de la posada, en medio de un completo desastre.

 

 

 

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