Una historia de posesión tan intensa que por las noches vas a dejar la luz encendida.
Reseña de LA CASA DEL EXORCISTA de Nick Roberts y publicada por Dilatando Mentes
Verano de 1994. En busca de un intento de inversión para mejorar el estatus económico de la familia, el psicólogo Daniel Hill y su familia se trasladan a una antigua granja en lo más profundo de las montañas de Virginia Occidental. Rodeados de naturaleza y silencio, la casa parece ofrecer el refugio perfecto para una vida tranquila mientras la zona se revaloriza. Junto a su esposa Nora y su hija adolescente Alice, Daniel se lanza de lleno a restaurar la propiedad, ignorando las pequeñas señales de advertencia que comienzan a surgir desde el primer día.
Pero todo cambia cuando, durante su estancia allí, descubren una habitación secreta en el sótano. Una extraña sala sellada con cruces y, en su centro, un pozo cubierto con tablones clavados con síntomas de desesperación. La atmósfera se vuelve más densa, el pasado empieza a hablar a través de viejos diarios y cintas de video, y pronto se revela que el antiguo dueño tenía una misión: mantener el mal encerrado.
Lo que parecía una vida tranquila alejada de la ciudad se convierte en una espiral de oscuridad, exorcismos no oficiales, y una fuerza que se niega a quedarse enterrada. La pregunta ya no es si podrán escapar… sino qué fue exactamente lo que liberaron.
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¡Saludos a todos! Sed bienvenidos a Distópolis Books, el canal en el que hablo de libros de fantasía, terror y ciencia ficción. Mi nombre es Pablo Del Corral y preparaos porque en la entrada de hoy viajamos a una granja en mitad del estado de Virginia Occidental a mediados de la década de los 90, donde seguiremos los pasos de una familia que tendrá que enfrentarse a un mal tan antiguo como oscuro. ¿Y cómo lo vamos a hacer? Pues leyendo, disfrutando y reseñando sin spoilers la novela LA CASA DEL EXORCISTA que el sello Dilatando Mentes acaba de publicar el pasado 23 de junio de 2025.
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El autor estadounidense Nick Roberts irrumpe con fuerza en el panorama nacional del horror contemporáneo con LA CASA DEL EXORCISTA, una novela que combina con maestría los tropos clásicos de la posesión demoníaca con una ejecución fresca, vibrante y escalofriante. Aunque el título anticipa con claridad el tipo de historia al que nos enfrentamos, es en el viaje, en sus múltiples capas narrativas y su envolvente atmósfera, donde Roberts demuestra un dominio digno de atención. Su estilo narrativo, directo pero poético, visceral pero pulido, convierte lo familiar en aterrador y lo previsible en fascinante.
Desde la primera página, el autor no se anda con rodeos. El prólogo, contundente y atmosférico, marca el tono siniestro que atravesará toda la novela. Con tan solo unas líneas, el autor genera una sensación de inquietud que se instala en el lector como una presencia constante, invisible pero amenazante. Este inicio fulminante no solo engancha, sino que establece que lo que viene a continuación no es una experiencia pasajera, sino una inmersión completa en un universo en el que los límites entre lo humano y lo infernal se diluyen.
La historia sigue a la familia Hill conformada por Daniel, Nora y su hija adolescente Alice, quienes deciden temporalmente dejar atrás su vida en Ohio para instalarse en una remota casa de campo en Virginia Occidental, con el objeto de poder vender la granja unos meses más tarde tras la revalorización de la zona. Lo que encuentran, sin embargo, es mucho más que una antigua propiedad con potencial para renovación. Es un portal.
La ambientación rural no solo sirve como un escenario típico del género (la casa aislada, los vecinos escasos, los secretos enterrados), sino que funciona como metáfora del aislamiento emocional, del enfrentamiento interno que cada personaje experimenta. Nick Roberts se toma su tiempo en construir esta calma inicial, y lo hace con mimo. El lector conoce a la familia, se encariña con sus imperfecciones, se interesa por sus aspiraciones, y esa conexión emocional es lo que hace que los horrores posteriores resulten tan perturbadores.
La tensión comienza a acrecentarse cuando Daniel, demasiado curioso para su propio bien, descubre un cuarto sellado en el sótano de la casa. En su interior, un pozo cubierto con cruces, rodeado por objetos antiguos, ropa olvidada, y especialmente, cintas VHS y diarios que pertenecieron a un exorcista que habitó esa casa décadas atrás. A partir de este hallazgo, la novela da un giro total hacia el terror más puro. Lo que parecía una historia de redención y nuevos comienzos se convierte en una espiral de locura, violencia y lo sobrenatural.
Uno de los mayores logros de LA CASA DEL EXORCISTA es su capacidad para hacer tangible lo intangible. Las escenas de posesión, los ataques de entidades invisibles y la degradación física y mental de los personajes están descritos con un nivel de detalle que resulta abrumador. Las imágenes que el autor trata de evocar no requieren una imaginación especialmente activa: son tan vívidas que parecen emerger directamente de la página. Todo ello conlleva que el terror transmitido de las páginas al lector es de miedo real, de estar tan sugestionado que cualquier movimiento de sombra en la habitación o escuchar ruidos se transforma en pura intranquilidad.
Las referencias al ritualismo católico, el agua bendita, los rosarios, los crucifijos, no son decorativas, sino que se integran a la narrativa como armas legítimas en una guerra espiritual desesperada. Y aun así, el autor no se conforma con lo tradicional. Juega con las convenciones del género, las subvierte, las lleva más allá. El exorcismo aquí no es una solución, sino una puerta a más horrores.
El núcleo emocional de la novela reside en los Hill. Daniel es un padre que carga con errores del pasado y un optimismo ciego que roza lo irresponsable; Nora, la madre, lleva secretos que erosionan la estabilidad familiar; y Alice, la hija, se enfrenta a una adolescencia abruptamente truncada por decisiones que no comprende y que sobrelleva con más paciencia de la que es conocida por los jóvenes de hoy. Será porque pertenece a los años 90. Esta dinámica familiar no es un simple accesorio para el horror: es el corazón de la historia. Roberts se detiene en sus vínculos, en sus fricciones, y eso le da un peso dramático al relato que eleva la experiencia lectora.
El perro de la familia, Buck, merece una mención aparte. Lejos de ser un simple compañero peludo, se convierte en un personaje entrañable y, en ciertos momentos, en un héroe silencioso. Su presencia aporta una calidez que contrasta con el entorno progresivamente más hostil, y es parte integral de la conexión emocional que el lector establece con los Hill.
También he podido observar que la novela no solo asusta, sino que lo hace de una manera inteligente. El autor no abusa de los sobresaltos, que los hay y muy bien ejecutados, sino que cultiva una sensación de incomodidad creciente. El lector no solo teme lo que ocurre en la página, sino lo que podría estar esperándolo en la siguiente. Ese tipo de terror es el que realmente deja huella.
Momentos como la apertura del pozo, las grabaciones del exorcista original, las manifestaciones demoníacas en plena noche, o los pasajes en los que los propios recuerdos de los personajes se distorsionan, son ejemplos claros de cómo el autor logra conjurar una narrativa que va más allá del susto fácil para entrar en el terreno de lo verdaderamente inquietante.
Aunque sea algo injusto, sí que la sensación experimentada a lo largo de los años es que muchos relatos de horror pierden fuerza al intentar cerrar de una manera magistral. En este caso, el autor entrega un clímax que no solo mantiene la intensidad, sino que la supera. Es un cierre que conmueve, asusta y, sobretodo, sorprende. Los últimos eventos sugieren que el mal no ha sido vencido… solo contenido. Es un final abierto, pero no inconcluso. Deja espacio para la reflexión y también para una secuela, lo cual entusiasma a quienes han quedado atrapados por esta historia.
En toda la historia son evidentes y el autor no las esconde, la referencias al cine / literatura más clásico en estos subgéneros. El de los exorcismos y las posesiones han sido explotados y hoy en día podemos asistir al cine a ver la película EL RITUAL para comprobarlo, viendo una historia que no aporta mucho. Desde EL EXORCISTA de William Peter Blatty hasta películas y libros recientes, es un terreno conocido. Pero Nick Roberts consigue lo que muchos otros no: darle nueva vida. Lo hace no solo a través del argumento o las escenas de horror, sino a través de una exploración profunda de sus personajes, una ambientación genuinamente inquietante, y una escritura que sabe cuándo ser cruda y cuándo no.
La obra incorpora además referencias y homenajes al género, tal y como podemos comprobar con el nombre del exorcista que habitaba la casa: Merle Blatty, un apellido guiño al creador del clásico moderno pero sin caer en la parodia ni en la simple copia. La historia se sostiene por sí sola y no depende del reconocimiento de esos guiños para funcionar.
LA CASA DEL EXORCISTA es una novela que no solo cumple con las expectativas del lector amante del terror, sino que las supera, y a mí, que particularmente soy muy seguidor del terror religioso, puedo afirmar con rotundidad que me ha encantado. A pesar de partir de una premisa conocida, el autor la ejecuta con una destreza narrativa y una sensibilidad emocional que hacen de esta obra algo especial. Ya sea por el terror visceral, por la angustia emocional de los protagonistas, por la narrativa envolvente o por sus inolvidables escenas de tensión, esta novela se gana su lugar entre las mejores del género.
Nick Roberts ha demostrado que el horror aún tiene mucho que ofrecer, especialmente cuando se narra con autenticidad, creatividad y sobretodo con un profundo respeto por el lector. Si te apasionan las historias de casas embrujadas, posesiones demoníacas, exorcismos no autorizados por la Iglesia, y el eterno combate entre el bien y el mal, LA CASA DEL EXORCISTA será una lectura que no olvidarás fácilmente, como yo tampoco lo haré.
Solo nos queda esperar si la novela precuela que Nick Roberts escribió y tituló como GENESIS llegará en un futuro a nuestro idioma bajo el sello Dilatando Mentes.
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Gracias a todos por haber llegado hasta aquí y leer mi opinión sobre la novela LA CASA DEL EXORCISTA de Nick Roberts. Asimismo me gustaría agradecer al sello editorial por enviarme una copia para que os comente mis impresiones, que como siempre son absolutamente honestas. Me encantaría leer vuestros comentarios acerca de esta reseña, si te has leído ya la novela y quieres hacer alguna observación. Si por el contrario aún no lo has hecho, dinos por favor si te ha gustado la premisa en la que se basa la historia y si has leído las anteriores historias del autor estadounidense.
Y recordaros también que para estar al tanto de novedades literarias relacionadas con la fantasía, el terror y la ciencia ficción, podéis seguirme en mis redes sociales, cuyos enlaces os dejo a continuación, sobretodo en Instagram, TikTok, BlueSky y X.
Hasta aquí llega mi reseña de LA CASA DEL EXORCISTA, así que espero te animes a leerla porque merece mucho le pena si te apetece una experiencia intensa, original y visualmente poderosa. ¡Sed felices y como os recomiendo siempre, leed mucho! Nos vemos en el próximo vídeo. ¡Hasta pronto!
NOTA FINAL: 5/5
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Ficha Técnica
Título Original: THE EXORCIST’S HOUSE
Autor: Nick Roberts
Editorial: Dilatando Mentes
Traducción: Francisco Jota-Pérez
Ilustración De Cubierta: Raúl Ruiz
Género: Terror
Encuadernación: Rústica Con Solapas
ISBN: 9788412992281
Páginas: 322
Fecha De Publicación En Español: 23/06/2025
Fecha De Publicación Original: 06/05/2022
Precio En Papel: 21,95€ – Precio En Digital: €
¿Dónde conseguirla?: Puedes adquirirla AQUÍ
Sinopsis
Una novela de terror perfecta para quienes disfrutan de las historias de posesión demoníaca y exorcismos, y obras como El exorcista, Una cabeza llena de fantasmas y El horror de Amityville.
En el verano de 1994, el psicólogo Daniel Hill compra una idílica granja enclavada en la sierra de Virginia Occidental.
Daniel, su esposa Nora, y su hija adolescente Alice, quedan de inmediato seducidos por la belleza natural de la propiedad y los alrededores, y disfrutan de la experiencia que supone arreglar la vieja casa, pero todo cambia cuando descubren una habitación oculta en el sótano que contiene un pozo, cuya abertura está cegada con tablas con multitud de crucifijos.
Las leyendas locales sobre las inclinaciones del anterior propietario por realizar exorcismos salen a la luz, pero para entonces será tarde, porque la pesadilla ya se habrá desatado.