El sello Dilatando Mentes publicará el miércoles 18 de octubre el ensayo ¡MADRE MÍA! LAS MADRES EN LA FICCIÓN de Alicia Pérez Gil, dentro de la Línea Paraíso Perdido No Ficción.
La obra se publicará en formato rústica con solapas, tendrá unas dimensiones de 15 x 23 cms, una extensión de 230 páginas y se podrá adquirir a un precio de 20,95€.
Alicia Perez Gil (Valladolid, 1974) se crió en el País Vasco, estudió Derecho y escribe su diario desde los 12 años y ficción para un público más amplio desde 2012, aunque ya había ganado el concurso literario llodio 1997 y 1998 y el ciudad de Eibar en 1999. Prefiere el terror, aunque se siente cómoda con cualquier género. Tras años trabajando como profesional para empresas como Broadway Malyan, Pullmantur o Alcaliber, Alicia ejerce ahora como profesora de escritora creativa, actividad que compagina con su producción literaria. Es autora de la trilogía Post Scriptum, formada por las novelas cortas Barro, Carne y Sombra la novela corta Ojos Verdes y títulos como Inquilinos, Deabru, Las voces, o Las balsas de Noa, obra de este mismo año. También autopublica libros para escritoras, como Escribir desde los cimientos (2019) y Rutina de entrenamiento para escritoras en ciernes (2020). Gestiona además un blog de aprendizaje literario y un Patreon con la misma temática. Si quieres conocer más acerca de la autora, puedes visitar su perfil de Twitter haciendo click aquí.
La sinopsis oficial de este ensayo es la siguiente:
«Dice Margaret Atwood en La maldición de Eva que hay personajes femeninos de todo tipo en la literatura universal. Mujeres buenas, malas y regulares. ¡Madre mía! Es una recopilación de retratos que muestra cómo esa variedad prácticamente desaparece cuando las mujeres de ficción se convierten en madres. No es este un libro académico, no puede serlo. Es más bien la constatación, página a página, película a película, serie a serie y libro a libro, de que existe un corsé de cemento construido a base de fotogramas, versos y prosas que da forma a la manera en que la sociedad y, sobre todo, las hijas, percibimos a las madres. Ese corsé nos impide ver a las personas que nos trajeron a este mundo, nos impide conocerlas, tratarlas como a iguales e intentar, siquiera, comprenderlas. También nos impide tocarlas. A ellas les impide reconocerse en los espejos, moverse y en algunos casos hasta vivir. Al contrario que una escayola quirúrgica, que ayuda a que un hueso roto se suelde recto para que el brazo funcione bien otra vez, el corsé de la maternidad retuerce la relación de las madres consigo mismas y con sus hijas. De eso trata ¡Madre mía! Estas páginas solo pretenden que nos planteemos las relaciones con las madres. ¿De verdad son tan terribles como nos parecen o es que los corsés de cemento nos han impedido disfrutar de sus abrazos de carne? «
Y para concluir, os dejamos con la portada que lucirá esta obra, cuya ilustración es obra de Raúl Ruiz: