* Emitido ya el episodio número 4 de la serie de TV del momento en el que se responde a un gran misterio preguntado por los fans de Stephen King… *


La precuela de IT en forma de serie de TV continúa avanzando semana a semana y, con su cuarto episodio, da un giro decisivo hacia el pasado remoto del horror que domina Derry. HBO Max parece decidida a expandir de forma ambiciosa el trasfondo del mito de Pennywise y, en el capítulo titulado “El gran mecanismo giratorio que mueve el planeta”, la serie aborda por fin la cuestión que durante décadas ha intrigado a los fans: de dónde proviene la criatura y por qué está irremediablemente vinculada a este pequeño pueblo.
A partir de aquí, se revelan aspectos clave del argumento.

El episodio retoma un asunto insinuado la semana anterior, cuando una breve secuencia ambientada en 1908 mostraba que la comunidad indígena local conocía de primera mano el ciclo destructivo de la entidad. Este detalle ya aparecía de forma lateral en It: Capítulo 2, con la introducción del ritual de Chüd que practica el Club de los Perdedores. Sin embargo, la nueva entrega no se limita a sugerencias: reconstruye el origen mismo del ser que terminaría adoptando la forma de Pennywise y explica el motivo de su confinamiento.
La clave la proporciona Halloran (Chris Chalk). Sus habilidades psíquicas le permiten sumergirse en los recuerdos reprimidos de Taniel (Joshua Odjick) hasta toparse con un momento de su infancia. En esa reminiscencia, Taniel relata a su tía Rose una antigua narración transmitida en su pueblo: la leyenda del Galloo.
En ese relato, se cuenta que un espíritu malévolo fue expulsado del firmamento hace incontables eras. Su caída adoptó la forma de un astro luminoso que se precipitó sobre la región, estallando en pedazos al chocar contra el suelo. El impacto no destruyó al ser, pero sí lo dejó atrapado dentro de los restos incandescentes del objeto celeste.
Los primeros habitantes indígenas que se asentaron en la zona descubrieron que los fragmentos de aquel meteorito tenían propiedades capaces de contener al espíritu. Aprovecharon esa singularidad para fabricar armas rituales y, al reconocer la naturaleza del ente, le dieron un nombre: Galloo. Desde entonces, el bosque occidental pasó a considerarse territorio prohibido, un santuario oscuro que todos evitaban por respeto y por supervivencia.
Esa frágil armonía se rompió cuando los colonizadores europeos ignoraron las advertencias de la tribu. Su entrada en el bosque desencadenó una espiral de tragedias: muertes constantes y un Galloo fortalecido por la actividad humana, capaz incluso de aventurarse más allá de los límites del bosque que antes lo contenían.
La situación obligó a la comunidad indígena a plantearse abandonar sus tierras. Sin embargo, tras un episodio particularmente doloroso y conscientes de que eliminar a la criatura era imposible, idearon un recurso drástico: recuperar todos los fragmentos restantes de la estrella caída y enterrarlos rodeando el bosque. Con ello esperaban recrear una barrera que el espíritu no pudiera atravesar.
Ese perímetro creado por los nativos explica el gran misterio: la entidad no puede abandonar el área delimitada por las rocas meteóricas. La serie respeta así la raíz extraterrestre y cósmica del personaje, ya establecida por Stephen King, pero introduce un matiz propio: el protagonismo de la nación indígena en el encierro del monstruo. Esta dimensión cultural se convierte en un eje narrativo central dentro de IT: BIENVENIDOS A DERRY, aportando al mito un nivel de profundidad que no se había mostrado en pantalla hasta ahora.
